El método Montessori, basado en una pedagogía
científica, fue fundado en 1907 por María Montessori, pedagoga relevante dentro
de la Escuela Nueva, a partir de la “Casa de los niños” en Italia; llegando a
España en 1934 con la creación de la primera escuela Montessori. Supuso una
gran renovación en los métodos pedagógicos de principios del siglo XX.
El método Montessori propone conocer plenamente a los
niños y respetar su proceso de desarrollo, siendo la educación un acompañante
en la vida. Su metodología presenta muchas ventajas, que deberíamos
recuperar, respecto al método de enseñanza tradicional: el alumno es
autodidacta, el docente actúa de guía para el aprendizaje ya que la plena
implicación del adulto supone un declive en el desarrollo; la participación
activa del alumno en el proceso de enseñanza-aprendizaje; los grupos con
alumnos de distintas edades; la importancia de las estructuras cognoscitivas
frente al conocimiento memorizado; el alumno tiene la opción de escoger que
trabajar según su interés y habilidad frente a la actual estructura curricular
poco enfocada al interés del alumno; el
alumno dispone del tiempo que quiera para realizar la tarea; las aulas no convencionales
donde la utilización del material favorece el desarrollo sensorial, la
curiosidad, la imaginación; el alumno marca la velocidad a la que aprende frente
a la instrucción fijada por la norma del grupo o profesor; la capacidad del
alumno de auto-corregirse, si el alumno se equivoca no será castigado debido a
que la equivocación forma parte del aprendizaje; el lugar de trabajo del alumno
depende de la comodidad con la que pueda desarrollar su trabajo; se respeta y
valora el logro de cada alumno en su momento y ritmo oportuno frente a la
competencia entre compañeros y se potencia la educación según las necesidades
de las personas y no según el sistema dicta.
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